Hola a todos, ¿qué tal estáis? Ya va a apretando el calor y eso se nota en el ambiente, sobre todo en el estudio. Cuesta más, a pesar de ser la temporada en la que hay que estudiar más si cabe. Hoy os quería hablar de objetivos, puesto que suponen un elemento importantísimo a la hora de motivarnos.

El gran objetivo en una oposición es conseguir una plaza. No hablaré de aprobar porque, sinceramente, una oposición no se aprueba sino conseguimos la plaza. Eso de aprobar sin plaza es lo que se dice para sentirnos mejor. Pero alcanzar un 5 no supone un aprobado en una oposición.

Por ello, hablaremos de que nuestra meta será esa plaza, el macro objetivo.

Pero todo conlleva un proceso y puede ser largo y tedioso, por lo que nuestra mente debe estar abierta y relajada durante los meses de estudio. Para ello, considero que hay que marcarse objetivos más cercanos y alcanzables: trimestrales, mensuales, semanales y diarios: los micro objetivos. Y ellos, sin duda, serán los que nos ayuden a alcanzar el macro objetivo.

Un objetivo se define como el fin al que se desea llegar o la meta que se pretende lograr. Es lo que impulsa al individuo a tomar decisiones o a perseguir sus aspiraciones. Es sinónimo de destino, fin, meta.

La única manera de progresar es dar pasos pequeños. Pongamos la metáfora de una escalera. ¿Cómo llegamos hasta la parte superior? Subiendo escalón a escalón. Si quieres llegar a lo más alto dando un salto, lo más probable es que te caigas.

Para sentirnos felices en el proceso no debemos poner el foco en encontrar la felicidad cuando alcancemos la meta, puesto que puede tardar en llegar y eso nos hará sentirnos frustrados e, incluso, abandonar el proceso. La felicidad debemos encontrarla en conseguir cada micro objetivo, sentirnos plenos y satisfechos en ello.

Cuando estudiaba la oposición, tenía pegado en la pared frente a mi escritorio aquellos versos de Santa Teresa que decían:

La paciencia todo lo alcanza

Santa Teresa de Jesús

Y es que la paciencia es fundamental en una oposición porque no veremos resultados rápidos a corto plazo. Por ello es fundamental ponernos pequeños objetivos que nos motiven en el día a día.

Uno de los puntos más importantes es crear buenos hábitos de estudio: establece un horario y un lugar para estudiar. E intenta no modificarlo. Es fundamental tener una buena estrategia en la planificación. El horario de estudio debe ser como un horario de trabajo. Cada mañana, debes escribir en la agenda qué vas a trabajar durante la jornada, qué temas leerás, qué memorizarás, etc. Debes agendar también tiempo de descanso y deporte. Tener la mente bien cuidada te ayudará a afrontar el proceso. Y hacerlo igual para una semana completa, para un mes y para un trimestre. Y marcar los objetivos de cada día. Al terminar, podrás hacer un tic en aquello que has conseguido. Así trabajarás la motivación y, sin duda, alcanzarás la meta.

Además, es importante que practiques la repetición de rutinas y de hábitos de estudio. La repetición constante e incansable es la clave para la adquisición de conocimientos. No busques, por ejemplo, hacer un único caso práctico perfecto. Haz cien imperfectos: así aprenderás.

Debes ponerte en modo marcha y actuar, no quedarte parado agobiado por no avanzar. Poco a poco, todo se consigue. Constancia y perseverancia, son la clave.

¿Qué debes tener en cuenta para cumplir estos objetivos?

Es importante que asocies los hábitos de estudio con sentimientos positivos: empezar el día haciendo algo que te guste te ayudará a enfrentarte al proceso con optimismo y positividad. De hecho, lo lógico es empezar por lo más fácil y sencillo y no por lo más grande. Recuerda: poquito a poquito.

Y ten en cuenta estos puntos:

LA PRESIÓN DEL GRUPO

Aléjate de esa gente tóxica que te rodea. Cuando decidimos prepararnos una oposición son muchos los que intentan desilusionarnos con mensajes negativos. Aléjate de ellos, al menos durante el proceso. Y si no puedes, no les cuentes nada. Por otro lado, deja claro en casa que no estás disponible aunque estés en casa cuando estés estudiando. Un apoyo familiar es muy importante. Si en casa no puedes estudiar porque te interrumpen, busca otro lugar.

AMBIENTE

Hazlo bonito: estudia en un ambiente relajado, limpio y ordenado. Aunque no lo creas, el orden y la limpieza afectan a tu estado de ánimo y ello a tu tiempo de estudio. Serás mucho más productivo si en tu mesa de trabajo solo hay lo imprescindible, si tienes una buena climatización o si se siente la limpieza y el orden.

Por ello, cada tarde cuando termines la jornada, recoge, limpia y ordena tu zona de estudio. Que estar en ella te produzca confort. Mi recomendación es limpiar con vinagre y aceite esencial de limón. El vinagre es el mejor limpiador, antibacteriano, y el limón ofrece una gran sensación de purificación.

ALIMENTACIÓN

Come ligero y a las horas establecidas. Es posible que, si estudias en casa, tengas la tentación de visitar la nevera con frecuencia. Olvídate. Ten a mano agua y un café o un té. Pero respeta las horas de las comidas. Además, come de manera saludable. Un estómago bien alimentado te ayudará a no sentirte tan cansado y ganar en productividad. Y más en los meses de calor. Es cierto eso que dicen que somos lo que comemos. Una dieta muy calórica afectará también los aspectos cognitivos y te constará concentrarte.

DESCANSO

Respeta las horas de descanso del día, pero también los domingos y las vacaciones. Desconectar para conectar con más fuerza. Además, es importante que practiques la repetición de rutinas y de hábitos de estudio. La repetición constante e incansable es la clave para la adquisición de conocimientos.

Y recuerda: la forma más efectiva de motivación es el progreso.

Espero que te haya gustado este post, ya sabes que tienes a tus disposición mis formaciones, pregúntame por ellas sin compromiso.

África Crespo

Bibliografía: Hábitos atómicos, James Clear.

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